Nuestro día a día… ouff! Me toca preparar mi intervención.

Quedan pocos días para hacer esa presentación clave y estratégica al Comité de Dirección. Llevamos semanas hilando nuestro discurso, dedicando esencialmente nuestro tiempo a preparar el famoso Power Point que nos tiene que servir de apoyo y soporte. Nuestro modelo base ya está definido, ya tenemos casi terminado nuestro PPT, y ya está estructurada la jornada. Hemos trabajado en cómo vamos implicar a nuestros altos directivos, mediante su participación en la construcción definitiva del modelo. Estamos listos para escuchar todo lo que nos comenten, propongan y dispuestos a ver cómo integrar todo ello en el modelo final.IMG_0308

Ahora, ya es hora de ponernos con nuestra intervención, sea una ponencia, Speech, o discurso. En realidad es esto lo que hará que “se gane la partida” que nosotros mismos hemos pedido jugar.

En muchos entornos empresariales y políticos, para obtener los apoyos necesarios, lo primero que se hace es ir a ver cada persona invitada a la presentación, personalmente, para presentar uno a uno el proyecto a nivel personal. En estos casos, lo que se consigue es conocer de primera mano lo que realmente piensa la persona de lo que le presentamos. Hemos actuado de forma respetuosa para comprender y escuchar todos los comentarios, y en consecuencia, hemos podido enriquecer nuestros planteamientos, así como la jornada que preparamos.

Tenemos que recordar una serie de premisas clave que nos ayudarán en nuestra intervención:

  • Actitud: abierta, confiada, preparada, exigente, convincente…
  • Determinación: ¡en este encuentro, alcanzaremos los objetivos que pretendo, porque es para el bien de todos!
  • Convencimiento: Estoy convencid@ de que lo que planteo es enriquecedor para la organización y su desarrollo.
  • Si no llego a expresarme con pasión, al menos transmito entusiasmo.
  • Mi primer impacto en la introducción de la jornada será el que marque cómo se desarrollará el resto de la jornada.

Después de todas estas consideraciones y para tener éxito en nuestros propósitos, nos ponemos a preparar el discurso de nuestra presentación. Para ello, será importante hacernos una serie de preguntas, de las cuáles a continuación apuntamos algunas:

¿Quién es nuestro auditorio?

-¿Cómo es?

  • Qué quiere oír

o   ¿Qué les impacta más?: ¿Cifras, gráficos, imágenes, texto, etc.?

Empecemos por el principio, ¿cómo vamos a ganar la indulgencia de nuestro auditorio? , ¿Cómo vamos a cautivarles, captar su atención? : ¿Qué es para ellos algo emocionante, interesante, novedoso?, aquello con lo que conseguiremos que retengan a corto y largo plazo, aquello que nos servirá de gancho para las demás ocasiones.

¿Qué quiero vender, ganar? ¿Cuáles son mis objetivos finales, más allá de los objetivos marcados para la jornada? ¿Para qué quiero conseguir todo esto? ; ¿Qué ganaran los asistentes si compran lo que les queremos «vender»?

En consecuencia, ¿Qué tendré que comunicar?, ¿Cómo lo tendré que comunicar?, ¿Y qué tendré que trabajar más?

Estos son los temas sobre los que se basará nuestra intervención y alrededor del cual trabajaremos nuestra argumentación (la parte racional) y oratoria (parte tanto racional como emocional).

Aquí es donde la pasión y la convicción serán esenciales para generar confianza en el auditorio.

Y si no llegamos al grado de “pasión”, nuestro alto grado de entusiasmo será definitivamente convincente. Para conseguir el apoyo de uno o de muchos, necesitados generar confianza, confianza en nosotros y confianza en nuestro proyecto. Nuestra expresión corporal con posición erguida y la energía que transmitiremos se encargará del resto, de compartir nuestras emociones.… En este aspecto y trabajando en empresas de ingeniería, tomaremos consciencia de lo que nos dicen los estudios:

En la comunicación el mensaje, lo que decimos, o sea el Qué vamos a comunicar, tendrá más o menos un 7% de impacto en el auditorio. El tono de nuestra voz, (ritmos, volumen manejo de los silencios), de un 33 a un 38%, y nuestros movimientos-posturas-gestos, expresión facial, miradas, proximidad aproximadamente un 56%, o sea que el cómo de la comunicación representará aproximadamente un 90% de nuestros éxito. Y ese 90% confirmará si hay coherencia y si se puede confiar en ese 10%.

Así pues, siendo realistas y conscientes de las premisas básicas de la comunicación, el cómo llevo a cabo mi intervención es el punto clave que más tendremos que trabajar en la recta final, para estar bien preparados para el gran día.

En el cómo también entran ciertos aspectos estratégicos o tácticos a tener en consideración. Son parte de los conceptos de negociación, de impacto e influencia, y según las culturas de política empresarial, así como –en el fondo- de ventas.

¿Qué puede ganar mi auditorio y cada uno de sus miembros implicándose en mí, en el proyecto que les presentaré? Negociación basada en un modelo de Ganar-Ganar.

Cuestiones que nos parecen fundamentales:

  • Todas las personas que estén en la sala, a lo largo del día y al final de día tienen que haber sentido que no solamente no han perdido su tiempo, sino que además han ganado en su inversión de tiempo, y si es personal y profesionalmente, mejor.
  • Se ha de definir igualmente cómo les agradeceremos su participación (al principio de la sesión, y por qué no, con un regalo al final de la jornada, aunque sea un gesto simbólico será bien recibido para terminar el día con un toque dulce que recuerde la experiencia como algo satisfactorio. Los detalles personalizados son los mejor recibidos).
    Y si no, cualquier referencia a las tendencias del mercado se agradecerá, si no se hubieran mencionado anteriormente.IMG_1972
  • Se necesitan estructuras claras que expliquen qué queremos, qué proponemos, cuáles son los datos que avalan el planteamiento, y en cuanto a continuidad, qué información se les trasladará posteriormente (cuadros de Mando o Seguimiento –datos-datos-datos.) Pero todo ello se comunicará con emoción.

Y por último, qué tenemos que aprendernos de memoria, para tener un impacto fuerte y romper el hielo al inicio de las jornadas, ¿cuáles serán las 2 primeras frases que diré? y ¿Cuáles serán las últimas dos frases, las últimas frases de impacto que utilizaremos para cerrar la sesión?

Maitena Servajean

9 de octubre 2014

Prendre en main son image On-Line

Prendre en main son image On-Line Virtuellement, avec plus de 700 millions d’utilisateurs actifs en juillet
2011[1], Facebook est un des plus grands pays du monde. Ce serait le 3ème pays du monde, après la Chine et l’Inde et très loin devant les États-Unis, l’Indonésie et le Brésil. Aujourd’hui c’est un fait, l’e-réputation tient une place prépondérante dans le processus de recherche d’information de l’internaute.  Cette massification des comportements amène en quelque sorte une uniformité d’informations sur tout un
chacun. En réalité, on peut mesurer son image On-Line de manière très simple. C’est d’ailleurs devenu une technique plus que répandue que de « googler » quelqu’un pour connaître son activité sur Internet.
Malgré la difficulté d’obtenir des statistiques fiables à ce sujet, c’est un fait aujourd’hui, les informations que traite Google font la réputation d’une personne, d’une marque ou d’une entreprise. De nos jours, pour l’internaute, on est ce que Google dit qu’on est.

C’est quand on prend conscience de l’importance de l’e-réputation que l’on commence à travailler la sienne. Les consommateurs étant devenus omniscients grâce à l’accès généralisé à Internet, il est crucial de contrôler les informations qui transitent à son propos sur le web. La première chose à faire pour une entreprise est de déterminer l’intérêt qu’elle peut retirer d’une présence virtuelle. Si, par exemple, on est une entreprise de construction ayant un passé de plus de 20 ans et des clients fidèles, il n’est pas
nécessaire d’utiliser Internet à des fins commerciaux. Il s’agira plutôt de recueillir des opinions et de situer les mentions de son nom sur la toile. En revanche, toute personne a intérêt à prendre conscience de son image en ligne pour la bonne et simple raison que si ce n’est pas vous qui le faîte, d’autres le feront à votre place. On pense ici aux moteurs de recherche « payants » et autres « annuaires en ligne » prétendant
fournir de l’information qualifiée sur tout et n’importe quoi.

Googlez-vous : première étape vers la connaissance virtuelle de soi.

Sauf qu’au lieu de vous présenter de la manière dont vous le souhaitez, vous courez le risque de voir de fausses informations circuler à votre sujet. D’où l’intérêt de prendre en main son image on-line dès que possible, même si vous n’en voyez pas l’utilité. Cela vous évitera une mauvaise impression de la part
d’un client potentiel, d’un recruteur, d’un collaborateur ou d’un membre de votre famille… Se « googler », c’est simplement taper son nom, celui de sa marque ou de son entreprise dans le plus célèbre des moteurs de recherches. Ainsi, on aura un panorama des sites sur lesquels on peut faire référence au terme entré. Vous saurez donc quels sites vous devrez « travailler » pour obtenir un réputation de qualité.

Ciblez vos réseaux : inutile d’utiliser Internet comme un mass média. Pour ça, il y a déjà la Télé.

Après vous être « googler », vous remarquerez probablement que vous apparaissez dans des contextes totalement inutiles, voire erronés. Vous aurez alors un problème : comment contôler cette information, la modifier ou la supprimer. Partant du principe qu’il est impossible de contrôler à 100% votre réputation on line, il faut alors choisir ce que l’on veut faire de sa réputation. Ce principe n’est finalement que le résultat de l’évolution de la société moderne. Rappelez-vous, il n’y pas si longtemps, et c’est d’ailleurs
toujours d’actualité, il fallait fréquenter des endroits « recommandables » ou « stratégique » pour jouir d’une bonne réputation. Internet n’est que le prolongement, la suite historique du monde réel, physique. Selon les objectifs que vous poursuivez, il va falloir choisir des outils pour créer, façonner son e-réputation. On privilégiera évidemment les sites Internet les plus influents afin de gagner en visibilité. Il est impératif d’être présent sur un ou plusieurs réseaux sociaux, spécialisés ou non. Si vous souhaitez gérer votre image professionnelle en premier lieu, choisissez sans douter LinkedIn au niveau international. Ce réseau de grande envergure vient de passer au second rang des plus grands réseaux sociaux des Etats-Unis[2].
Il est aussi recommandable d’être présent sur des réseaux plus « locaux » comme Viadeo en France qui reçoit une bonne visibilité et de bons outils. Si vous avez un savoir-faire, une activité qui nécessite de
pouvoir partager avec le plus grand nombre un flux d’information important, penchez-vous sur Twitter qui a prouvé son utilité par le passé. Sans dresser une liste des réseaux sociaux et de leurs caractéristiques exhaustives, tentez d’établir l’objectif de votre e-réputation. Une personne qui cherche un emploi, un marque qui souhaite recueillir des avis sur ses produits/services et une entreprise se lançant sur un marché n’ont absolument pas les mêmes objectifs de communication dans le monde réel, alors pourquoi communiqueraient-ils de manière uniforme ?

Définissez votre stratégie: bâtissez votre réputation.

Une fois les objectifs fixés, il s’agit d’analyser les moyens à votre disposition. En effet, certaines entreprise seront capables de mobiliser plusieurs community manager (ils gèrent l’e-réputation des marques on line)
pour une seul marque quand un entrepreneur seul ne peut se concentrer sur la gestion de son e-réputation plus de 10 minutes par jour. Il ne s’agit donc ici pas seulement de moyens financiers mais surtout de temps. Car oui, il faut bien le reconnaître, travailler son e-réputation prend beaucoup de temps. Il est
donc important de déterminer le temps de référence que vous pouvez consacrer à votre image online. Il existe déjà un certain nombre d’outils permettant d’automatiser, planifier et gérer son image. On retiendra par exemple Hootsuite[3], un outils très complet permettant de planifier les mises à jour et de suivre
l’évolution de son réseau grâce à des statistiques très pratique. Cela permet de donner des limites à la stratégie.

Restez actifs : cultivez vos relations virtuelles.

Comme dans la vie réelle, il est très important de rester en contact avec son réseau. Que ce soit personnel, comme un profil LinkedIn, ou un page facebook pour une marque, les gens qui « suivent » recherchent une
valeur ajoutée, ou à défaut des informations sur vous. Ainsi, ne laissez pas votre profil inactif trop longtemps, sous peine de perdre des relations potentiellement intéressantes. N’oubliez jamais que ce que publiez, tweetez ou partagez est potentiellement lisible. Attention donc, à toujours partager du
contenu « intéressant » pour votre réseau. Cela traduit du sérieux que vous mettez à animer votre réseau. Ne surestimez pas la valeur de vos contacts non plus. Il faut répondre à toutes les sollicitations, mais avec un degré d’investissement différent selon le contact.

Pour finir, n’oubliez jamais que le réseau virtuel, ou « online » reste un outil au service du réel. Il ne faut jamais se focaliser de manière trop importante sur cet aspect de votre communication car l’important se passe hors du virtuel. Le contenu que vous partagez doit être en accord avec votre personnalité, vos valeurs et/ou celles de votre marque/entreprise. Gardez en tête vos publications car on peut vous en tenir rigueur lors d’une entrevue. Enfin, je terminerai en disant que si l’importance d’avoir une image contrôlée
sur le web, il est nettement plus important de prendre en main cette image également dans le monde réel. La manière dont on communique détermine souvent la qualité des relations que l’on aura avec ses contacts/clients/prospects. Veillez donc à adapter votre discours, sa fréquence, son intensité…

Un bon « tweet » vaut souvent aussi bien qu’un article entier.

Félix Degruson

fdegruson@kleidi.es


[1] Selon Socialbakers.com, le 12 juillet 2011.

[2] Selon  BusinessInsider.com, juillet 2011