Félix Degruson. Madrid, el 20 de julio de 2011.
Virtualmente, con más de 700 millones de utilizadores activos en julio 2011[1], Facebook es uno de los países más grandes del mundo. Sería el tercer país del mundo después de China y la India, muy lejos por delante de Estados Unidos, Indonesia y Brasil. Hoy es un hecho, la e-reputación tiene un lugar preponderante en el proceso de busca de información por parte del internauta. Esta masificación de comportamientos, de alguna forma, trae una uniformidad de información para cada uno. Realmente, se puede medir la imagen cualitativa on-line de una manera muy sencilla. Buscar en Google se ha transformado en la técnica más común para conocer la actividad de alguien a través del Internet. A pesar de la dificultad de obtener estadísticas fiables, otro hecho significante es que las informaciones que maneja Google son consideradas como la referencia en cuanto a la imagen de una persona, una marca o una empresa. Hoy en día, para el internauta, somos lo que Google dice que somos. Empezamos a trabajar y desarrollar nuestra imagen on-line solamente cuando tomamos conciencia de la importancia que tiene la reputación on-line. Los consumidores ahora lo saben todo gracias al acceso generalizado a Internet. De ahí la importancia de controlar las informaciones que transitan en la web en relación a nosotros. La primera acción a tomar, para una compañía, es determinar los beneficios que puede obtener con un posicionamiento virtual. Si por ejemplo, somos una empresa, del sector industrial (pesada), con un pasado de más de 20 años y clientes fieles, no es necesario utilizar internet con fines comerciales. Será más bien cuestión de recabar informaciones y de conocer en que foros se habla de nosotros. En cambio, todo el mundo tiene interés en tomar conciencia de su imagen on-line porque si no lo hace usted, otros lo harán por usted. Aquí estamos pensando por ejemplo en los motores de búsqueda pagados y otros
anuarios on-line que pretenden ofrecer informaciones cualificadas sobre cualquier cosa y sobre todas las cosas en general.
“Googleese”: primera etapa hacia el conocimiento virtual de uno mismo.
Si no se presenta de la manera que usted quiere, corre el riesgo de ver como falsas informaciones circulan sobre usted. De ahí la importancia de asegurar su imagen on-line lo antes que posible, incluso si no le ve la utilidad. Esto le permitirá no causar una mala impresión a un cliente potencial, a un head-hunter, a un potencial colaborador o incluso a su propia familia… “Googlearse” es tan sencillo como poner su nombre en Google, el de su marca o el de su empresa, siendo este el más importante motor de búsqueda de mercado. Así sabrá quienes le referencian. De esta manera, tendrá una idea de que “sites” tiene que trabajar para obtener una reputación de calidad.

Identifique sus redes: es inútil utilizar Internet como un medio masivo.
Para eso, ya existe la Televisión. Después de “googlearse”, podrá constatar que su nombre aparece en contextos totalmente inútiles, además de equivocados. Entonces tendrá un problema: ¿cómo controlar la información, modificarla o hacerla desaparecer? Partiendo el principio que es imposible controlar el 100% de la imagen online, hay que elegir qué imagen se quiere dar. Este principio no es más que el resultado de la evolución de la sociedad moderna. Recordemos que no hace mucho tiempo, y todavía hoy en día, había que frecuentar “foros recomendables” o “estratégicos” para asegurar una buena reputación. Internet es la prolongación, la continuidad histórica del mundo real, física. Según los objetivos que usted persiga, va a tener que elegir las herramientas que considere más adecuadas para crear y modelar su “e-reputación”. Para ganar en visibilidad, tendrá en cuenta los sitios (“sites”) más influyentes de Internet con el objetivo de ganar en visibilidad. En nuestra opinión, es imperativo estar presente sobre una o varias redes sociales, especializadas o no. Si desea gestionar su imagen profesional, posiblemente elija sin dudarlo LinkedIn al nivel internacional. Esta gran red acaba de transformarse en la segunda del ranking de las redes sociales estadounidense[2]. También es recomendable estar presente en las redes más locales como Viadeo en Francia que no solamente genera una buena visibilidad sino que además tiene buenas erramientas. Si tiene un saber hacer y una actividad que requiere intercambios con muchos flujos de información importantes, valore su presencia en Twitter que ya ha demostrado su valor. Sin querer realizar una lista exhaustiva de las redes sociales y de sus características, le proponemos que ante todo, defina bien los objetivos de su e-reputación. Una persona que busca un empleo, una marca que desee conocer las opiniones sobre sus productos y servicios y una empresa de nueva creación que se lanza al mercado no tiene en absoluto los mismos objetivos de comunicación en el mundo real, ¿entonces por qué tendrían que comunicar de manera uniforme?
Defina su estrategia: construya su reputación.
Una vez fijados los objetivos, es cuestión de analizar los medios de los cuales dispone. Existen empresas que serán capaces de movilizar varios community managers (estos gestionan la reputación de las marcas on-line). Un emprendedor, para su marca, difícilmente podrá concentrarse en la gestión de su e-reputación mucho más de 10 minutos al día. En el mundo on-line, no es solo una cuestión de medios financieros, también es una cuestión de tiempo. Así pues
le recomendamos que se plantee cuanto tiempo quiere dedicar diariamente a su imagen online. Existen ciertas herramientas que permiten automatizar, planificar y controlar su imagen. Este es el ejemplo de Hootsuite[3], una herramienta muy completa que permite planificar sus actualizaciones en las redes y seguir la evolución de su red gracias a sus estadísticas muy prácticas.
Esto le permite acotar su estrategia.
Sigua activo: Mantenga sus relaciones virtuales.
Como en la vida real, es muy importante mantener el contacto con su red. Tanto al nivel personal ,como en un perfil de LinkedIn o en la página facebook de una marca, los seguidores buscan valor añadido más allá de informaciones sobre usted. Así pues no deje su perfil inactivo demasiado tiempo, arriesgándose a perder relaciones potencialmente interesantes. Tampoco olvide “jamás” que lo que publica, “twittea” o comparte con otros es potencialmente legible. Con esto queremos decir que se aseguré de que el contenido de lo que comparte con su red es interesante. Esto es interpretado como el grado de interés y de seriedad que usted pone à la hora de animar a su red; tampoco sobrevalore sus contactos. Es importante responder a todo los comentarios que le hagan invirtiendo más o menos según desea.
Para terminar, no olvidemos decir que la red virtual o “online” sigue siendo una herramienta al servicio de la vida real.
En consecuencia, no le interesa obligatoriamente focalizarse sobre este aspecto de su comunicación porque todos sabemos que lo importante ocurre en el mundo real y no en el virtual. El contenido que usted comparte tiene que ser acorde a su personalidad, a sus valores y/o al de su marca/compañía. Recuerde sus publicaciones porque alguien puede querer comentarlos en alguna reunión. Más importante gestionar y controlar su imagen en la web es el control y gestión de esta misma imagen en el mundo real. La manera que tenemos de comunicar determina, muy a menudo, la calidad de las relaciones con nuestros clientes/contactos/prospectos. Adapte pues su discurso, su frecuencia y su intensidad…
Un buen twitt a menudo vale tanto o más que un artículo.
Félix Degruson – fdegruson@kleidi.es