Creer o no creer, tener miedo y actúar irracionalmente

Cuántas veces he podido sentir que predicaba en el desierto. Sí, la palabra es predicar. De hecho fueron unos compañeros directivos los que utilizaron esta palabra hablando de mis intervenciones en público. Como ya hace mucho tiempo de eso, puedo decir que al principio me sentí indignada con el comentario. Tenía la sensación de ser comparada a esos oradores americanos que se dedican a recorrer su enorme país, juntando a masas, no se sabe muy bien para qué.  Pero fue una palabra que me marcó. Estos compañeros me explicaban, que claro, para mí era fácil hacer discursos a los equipos, porque yo creía en lo que decía.

Lo que no terminaba de entender es que yo hacía lo mismo que los demás,  al menos eso creía, es decir, escoger de los mensajes oficiales todo lo que yo personalmente creía que podía ser bueno para todos.

He de admitir que sí, que siempre he intentado hablar de las cosas en las que creo. Pero como todo directivo, ¿cuántas veces he tenido que defender ideas que no me convencían nada? ¿Cuántas veces he tenido que elaborar discursos temblando por no creer que posteriormente la empresa sería capaz de respaldar los compromisos que me hacía adquirir públicamente en su nombre… pero que llevarían la etiqueta de mi nombre? Y qué de dolores de cabeza…

Pero me parece una evidencia que todo en la vida no es como le gustaría a uno, y que uno, no siempre tiene razón. Así que creo que mi boya para poder hablar siempre ha sido, otorgar un voto de confianza a los que me rodeaban. Que nos equivocábamos… ciertamente. Pero eso es humano… lo importante en mi opinión era y es creer que «Rectificar es de sabios». Y estar atentos para saber si hay que rectificar, para que sea lo antes posible.

Esta mañana hablaba con una «vieja » amiga que trabaja en Bruselas, para una gran empresa española. Como trabaja en extranjero, no participa en día a día de la empresa como los que están trabajando en la central. Me comentaba extrañada que estaba viendo comportamientos que le parecían ancestrales, anticuados, fuera de lugar, gestionando a los equipos dictatoríamente,  utilizando el miedo como manera de gestionar y presionar ¡a estas alturas de la vida, en el 2011!.

De pronto me surge una duda. ¿Les gustará su trabajo a estas personas, a las que infunden el miedo? ¿Creen en lo que hacen?, ¿Disfrutan con su trabajo?, ¿Se sienten a gusto consigo mismas?, ¿Están tan convencidas de lo que ordenan y mandan como para tener miedo de explicar y argumentar los porqués?, ¿Les gusta trabajar y pasar horas y horas en un lugar donde se les tiene miedo, odia, o no son respetados? 

Me es difícil de creer, que una persona pueda disfrutar de sus jornadas de trabajo de esta manera. ¿De qué tiene miedo para actuar de esta forma?

¿Alguien se ha parado a hablar con cada uno de estos jefes para saber en qué creencias se sustentan sus comportamientos, y para preguntarles si no les gustaría, disfrutar en el trabajo con los compañeros, colaboradores, y sentirse apreciados y reconocidos y no temidos?

Así los pensamientos se cruzan, y recuerdo que ayer se publicaba una entrevista http://www.mujeresycia.com/?x=nota/37819/1/matena-servajean-en-myo-somos-personas-apasionadas-porque-se-disfrute-en-el-trabajo

que hablaba de disfrutar en el trabajo. ¡Y qué lejos estamos de lo que me comentó mi amiga!

3 comentarios sobre “Creer o no creer, tener miedo y actúar irracionalmente

  1. Podría haber escrito este post yo misma, aunque lo hubiera hecho con menos precisión, sin duda. Detrás del miedo está el miedo, y si preguntas a aquellos que lo infunden por qué se valen de él para mandar, ándate con ojo que lo mismo te dan una bofetada. Detrás de estos comportamientos hay inseguridad, debilidad, y por regla general, un sentimiento de inferioridad. Es miedo a trabajar con los mejores, con aquellos que disponen de la inteligencia, el dinamismo y sobre todo el coraje de llevarles la contraria. Su mediocridad les impide ver que con los mejores, ellos pueden multiplicar su capacidad por infinito. En vez de esto, piensan que se les va a ver el cuero, que todos se darán cuenta de su falta de valía, y tendrán miedo, miedo de su propia impotencia. Y se rodearán de mediocres, de aduladores, de sumisos, de personajes amedrentados que se conforman con que les llenen el plato. Se les detecta enseguida no por sus gritos, sino por quienes les rodean.
    En 2011, sí, y en 2211 seguirá pasando, porque en lo alto de la pirámide no podemos evitar que haya un tipo para el cual «el fin justifica los medios». No me dan pena, la verdad. No merecen ser preguntados, mucho menos sobre sus anhelos de felicidad, sobre ser respetados y queridos, porque todos sus sueños empiezan y terminan en ese cuadradito del organigrama que ocupan, como monigotes de paso. Mientras tanto, fight, flee or freeze, lo que se pueda, aunque lo recomendable es fight, no tienen ni media torta…

  2. Hablas de miedo…

    ¿sería razonable una sociedad sin miedo?, ¿un organismo vivo sin miedo?, ¿una cultura empresarial sin miedo?

    Parece que le tenemos miedo al miedo. Acabo de hacer un comentario en otro post de otra persona, que hablaba también de la necesidad de no tener miedo para ser feliz…

    Yo me pregunto…el miedo es un mecanismo básico de supervivencia. Es algo que nos hace seres humanos. Es lo que nos avisa de que hay que ponernos en alerta. Y entonces, ¿para qué queremos suprimir el miedo?, ¿por qué ponemos el énfasis en, sin miedo estamos mejor?.

    No estoy cuestionando la mayor sobre la gestión de personas, es sólo que me surge la duda, ¿es posible una cultura empresarial sin miedo?, ¿qué significa eso exactamente?

  3. Gracias por tu comentario… a la hora de reflexioanr sobre ello me venían a la cabeza todas las ventajas o valor añadido que se puede conseguir sin miedo, y los enromes riesgos que se pueden correr si esta emoción desapareciera de nuestro cerebro…

    El miedo, estoy de acuerdo es un acto reflejo, animal, que protege a los animales, y que según sus características les hace huir o atacar, como dices es un «mecanismo básico de supervivencia».
    El elefante ataca y el ñu huye. Sí, menos mal que casi todos tenemos miedo…
    El miedo es necesario para saber defenderse o protegerse de alguna manera, de toda acción que tu cuerpo reciba como una agresión…
    Pero en el ser humano, el miedo generado por nuestras inseguridades e imaginación produce unos resultados que van más allá de la supervivencia… también producen la parálisis y la autodestrucción. Cuanto miedo tenemos a ser queridos, por ejemplo, por no sentirnos indefensos y vulnerables en esos momentos. Cuanto miedo tenemos a descubrirnos a los demás porque no somos suficientemente fuertes para que no nos hagan daño. Si lo miras por ese lado, parecería más inteligente, tener miedo a descubrirnos, para que no se conozcan nuestras debilidades, y los más listos las utilicen para hacernos daño. ¿en estos casos qué es mejor, tener miedo o ser valiente?

    En el mundo empresarial, se supone que uno debería sentirse protegido y respaldado por la organización en la que trabaja, y sentirse a gusto para poder ser extremadamente creativo y permitir así que entre todos la empresa se extremadamente competitiva frente a su competencia, sea líder. Siempre se ha dicho y estudiado cómo en los momentos de relajación el cerebro genera más ideas. Pero eso no es nada común. Y el miedo es incompatible con la relajación. De la misma manera creo que dos conceptos incompatibles son el miedo y la confianza.
    Cuando aparece el miedo dentro de las organizaciones, cuantas veces, desaparece la solidaridad, y la creatividad conjunta. Con el miedo quién piensa en dedicar sus mente a otra cosa que no sea efectivamente su propia supervivencia… no la de la empresa en la que trabaja.

    ¿Cuántas veces el ser humano por miedo comete atrocidades? es como si el miedo nos despojara de nuestra consciencia como seres humanos… como si el miedo borrara de nuestra mente y corazón la diferencia entre el bien y el mal.
    Es cierto que en entornos difíciles, también el ser humano se vuelve creativo… o ¿son solo algunos?

    En mi opinión, el miedo hace que uno esté más que alerta, más bien a la defensiva, se transforme en un animal sin criterio, y no confíe en los demás…
    ¿se puede crear algún tipo de relación constructiva, y que nos haga mejores seres humanos sobre la base del miedo y de la desconfianza? ¿se puede confiar en alguien que no confía en ti? Y es algo recíproco, ¿no habría que tener miedo de una animal que tiene miedo? …El animal herido, el animal que tiene miedo es un animal impredecible.

    ¿Se puede cambiar esto? Yo personalmente creo que al menos se puede reducir el miedo. Y aunque pueda parecer absurdo utilizar este término en ámbitos profesionales, creo que el cariño, valoración, reconocimiento pueden ser elementos que pueden cambiar las tornas.
    De la misma forma creo que todos nosotros deberíamos aprender a ser más valiente… y creo que como muchas otras cosas es algo que se puede trabajar, aprender y desarrollar.
    Así que no sé si el miedo desaparecerá algún día de las empresas, pero sí sé que conozco algunas que lejos de ser perfectas no conocen dentro de su diccionario de actuación y gestión, la palabra miedo.
    Pero eso sí, a la hora de seleccionar a sus equipos han seleccionado a personas que se sentían bien consigo mismas, curiosas, y deseosas de crecer, asegurándose de que ante todo contrataban a «buena gente».

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