La evidencia táctil y visual que se presenta ante nosotoros no es más que el resultado de una síntesis de conceptos estéticos, un cúmulo de mensajes por descubrir. lo obvio, la figura humana, da lugar a la emoción y la emoción al pensar en el qué, en el por qué, en el qué me quieres decir, que me quieres hacer ver, sentir.
COnsideramos que estamos cegados por lo obvio. Que solo las excentricidades llaman nuestra atención como un fruto de la intelectualidad. Cuantas veces hemos hablado de la idea, de su materialización y de que su materialización no es más que la sombra de una imagen verdadera. Que en la materialización no cabe la amplitud de la idea. por ello entendemos que es necesario una fragmentación que permita inducir al entendimiento, incluso fuera del contexto.
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El blog de Maitena Servajean 
Cuando en PNL nos hablan del lenguaje no verbal, y de nuestra capacidad a observar a través de las posturas de nuestro cuerpo, es interesante hacer el ejercicio de observar e interpretar, lo que vemos en una fotografía o en una obra de arte, sea escultura o pintura. Agudiza nuestros sentidos y nuestra capacidad de interpretación. ¿Qué vemos? Creo que vemos, lo que llegamos a percibir y sentir, a través de todos nuestros sentidos. Y si no sentimos nada no podremos ver/interpretar mucho. Es como estar un poco ciego, un poco sordos o como dicen otros «emocionalmente analfabetos». ¿Sentimos el esfuerzo?, el cansancio del otro, su tensión, su sufrimiento, su satisfacción o felicidad, su actuación mecánica, o su disfrute en lo que hace porque parece que se mueve bailando, como si cada gesto fuera previsible y fluyera. Sentir si fluyen las cosas a nuestro alrededor o si los moviemientos mecánicos denotan falta de placer, ¿de incomodidad?
¿Cuanto hace que no pruebo a ver una película sin sonido, o la escucho sin verla? Ayer mismo me recordaban este ejercicio de desarrollo. Una vez realizada esta dinámica, con qué nos quedamos, cómo se queda nuestro corazón- ¿Cómo lo que vemos o escuchamos roza suavemente nuestra persona o parece rajar una parte de nosotros?. Pero menos mal que ha llegado el frío para ralentizar nuestros movimientos y permitirnos el lujo de poder escuchar lo que percibimos. Porque interpretar todo esto tarda un poquitos más.